jueves, 1 de enero de 2015

Javier Saavedra


 
                              Desde la oscuridad

                                  por Javier Saavedra


Amanda ya está acostada en su cama. Son más de las once de la noche y su habitación aparece a oscuras. De repente, la puerta se abre y Amanda lo advierte porque, a pesar de que ella está acostada de espaldas a la entrada de la habitación, el sonido del pórtico delata tal hecho. Unos pasos se acercan a la dulce adolescente, el sonido de un beso rompe el silencio de la noche. Toda esta situación pudiera estar dentro de la normalidad si no fuera por un solo detalle. Y es que Amanda vive sola.



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